Cuando pensamos en “lo mejor que el dinero puede comprar”, nuestras mentes se transportan automáticamente al imaginario del lujo. El lujo se remonta a las épocas de la corona y la aristocracia y desde entonces ha dictado una separación de status y sociedades que, aunque tiene muchos simpatizantes también tiene muchos detractores por el aspecto evidente de la desigualdad social y el despilfarro.
El lujo es un estado de gran comodidad, vida extravagante, que es muy difícil de costear para la gran mayoría de la gente, pues adquirirlo sobrepasa los medios normales y su demanda se incrementa proporcionalmente con el aumento de ingresos.
Marketing para marcas de lujo – Marketing de lujo
Las marcas de lujo poseen unas cualidades y valores diferentes a los convencionales por ende se consideran aspectos específicos y vitales al momento de desarrollar marcas de lujo:
- Son completamente atemporales: Definen su propia tendencia y es poco probable que pasen de moda. De hecho, su valor aumenta con los años y ser vintage es una calidad que escala el producto a otro nivel.
- Únicas e irrepetibles: Las marcas de lujo no compiten entre ellas, se definen como únicas, lo que las hace incomparables.
- El sentido de estética es impecable: Todos los elementos de la experiencia con la marca tienen especial cuidado en los pormenores; desde la calidad del servicio y la exclusividad de los portafolios hasta la interacción online y el empaque del producto es cuidada con sumo detalle.
- Mantienen el sentido emocional por encima del racional. Se trata de lo aspiracional que resulta la marca y de la conexión que hace con la emoción. La racionalidad no se considera porque no es necesario pensar en el gasto cuando consideras comprar un bien de lujo.
Una marca de lujo transmite la emoción de sus productos o servicios por medio del performance. Cada detalle cuenta y se debe prescindir un lenguaje especial para contar su historia, transmitir sus valores, sus atributos, pero lo más importante ofrecerlo como un bien altamente exclusivo.
- Exclusividad a toda costa: Esto es inherente a la marca, los artículos de lujo no de pueden ser fáciles de conseguir. Muchos diseñadores y fabricantes de autos, producen un único modelo o unos pocos que son altamente demandados y no hay otra serie igual. Las marcas de lujo de cierta forma se alejan de sus clientes, pues la clave está en crear un anhelo e inaccesibilidad alrededor de sus productos. La escasez es uno de los principales factores de lujo.
En la creación de estrategias de marketing de lujo, se debe mantener al cliente más que satisfecho, y es importante incorporar relaciones (cliente-marca) que perduren en el tiempo para que la marca sea recordada constantemente. Un ejemplo claro de estas estrategias es la de garantizar un servicio técnico de por vida para compradores de ciertas marcas como Rolls Royce.
Los canales apropiados para el marketing de lujo
Los canales digitales más apropiados para transmitir los contenidos de lujo, son las redes sociales, pero no todas. El contenido es un medio de compromiso con los clientes actuales y potenciales y es básicamente la voz de la marca de lujo, por lo tanto, aquí también hay que ser selectivos.
Instagram satisface plenamente las expectativas de comunicación y estrategia digitales para este tipo de marcas. La plataforma permite una presentación de alta calidad exponiendo interacción a través de videos, imágenes y colaboraciones sumamente aspiracionales.
El segundo canal es Pinterest, que se destaca por ser una red con mayor público femenino y en la cual se pueden montar tableros con muy buena estética que resalten los atributos del producto. Esta red no tiene limitantes en el formato de las imágenes que se publican, lo que permite una amplia diversidad de contenido.
Por último, tener un sitio web aspiracional e impecable en su diseño también es un “MUST” para el marketing de lujo. Las marcas comparten imágenes de sus detallados procesos de manufactura y de personajes famosos usando sus prendas y exhibiendo sus colaboraciones, y claramente en ninguna encontrarás un portal transaccional, porque ser accesible no es del interés de nadie.